Suena en casa el Stormy weather de Billie Holiday y respiro hondo. La lluvia ha vuelto a traer aire limpio con el que poder llenar los pulmones y ha hecho bajar las temperaturas hasta hacernos recordar de qué trata el otoño habitualmente, y yo me siento estos días como esas hojas mojadas que se acumulan en las tapas del alcantarillado. Soy un simple estorbo para que el agua pueda correr libremente y seguir su curso. Soy sólo una piedra, una roca que ha caído en un derrumbamiento y se encuentra en medio del camino. Soy una molestia, un deshecho, un portazo a destiempo.
La idea, convertida en sensación, de que no pertenezco a ningún sitio, de que soy bien recibido en todas partes pero no tengo espacio en ninguna no hace más que acrecentarse con el transcurso de los días. Tengo la impresión de que ya no tengo hueco entre tus brazos, de que quieres que el juego llegue a su fin, de que me empujas y me dejas al otro lado de la puerta después de cerrarla. Tengo el presentimiento de que me estás convirtiendo en un extraño a conciencia, para que todo sea más sencillo.
Puedes intentarlo, con todas tus fuerzas si quieres, puedes intentar alejarme cuanto quieras. Pero te digo ya, con gesto serio además, que no va a surtir efecto.
¿Sabes cuándo voy a estar ahí? Cuando más lo necesites, cuando todo se derrumbe y creas que no quedan motivos para sonreír.
¿Sabes cuándo voy a estar ahí? Cuando digas que eres feliz pero los ojos no te brillen, cuando mires al vacío esperando encontrarme para sacarte del agua.
¿Sabes cuándo voy a estar ahí? Cuando esté herido y no quieras verme sangrar.
No sé por qué ya no se ve el sol en el cielo, no sé por qué hace este mal tiempo desde que no estamos juntos viendo caer la noche tras las ventanas.
Y es que las tormentas son mejores si estoy susurrando en tu oído un te quiero que apenas quieres escuchar.
Y es que las nubes grises son incluso bonitas si las miro junto a ti.
Y es que los relámpagos me hacen pensar en los destellos de tu pelo en los días soleados, en el brillo de tus ojos, en tu sonrisa clara.
Y es que las tempestades me recuerdan a cómo llegaste tú a mi vida y le diste la vuelta a lo que quedaba de mi corazón.
Que siga lloviendo, que llueva mucho pero sólo si vas a venir a verlo conmigo.
[Escucha la canción, piensa en mí.]