Ayer pensé en llamarte.

Ayer pensé en llamarte y tuve que obligarme a dejar el teléfono sobre la mesa y mirarlo fijamente durante unos segundos. Iba a llamarte para decirte que todavía hay canciones que me recuerdan a ti y que me hacen pensar que el tiempo no ha pasado, que todavía seguimos intactos y sólo nos importan las sonrisas. Iba a llamarte para decirte que te quiero, como hacía antes cada noche, pero entonces caí en la cuenta de que ya no podía hacer eso.

Me gustaría ser capaz de contarte todo lo que pienso y todo lo que he pasado durante el último año. Me gustaría ser capaz de abrirte la puerta y sonreír sin deshacerme. Me gustaría dejar de pensar en todo lo que hicimos juntos, en cada una de las tristezas y de los baches por los que tuvimos que pasar para acabar siendo nada. Me gustaría ser capaz de explicarte que conocí a alguien y que sólo he conseguido romperme un poco más.

Tú que eras para mí esa columna a la que agarrarme cuando todo se tambaleaba bajo mis pies inestables. Tú que fuiste castillo y muralla. Tú que eras refugio, hogar y cama. Tú que fuiste todos mis motivos. Tú que ahora sólo eres una imagen borrosa en mis retinas.

Nunca quise creerme que había amores capaces de marcarte de por vida.

Nunca.

Nunca quise, hasta ahora.

Y es tan jodido cuando sabes que alguien no es para ti y que aún así no vas a poder olvidarle. Es tan jodido saber que aunque mires otros ojos, otras manos, otros labios, la tendrás en la cabeza. Es tan jodido que sólo puedes decidir mirar hacia adelante para no destrozarte a ti mismo.

Te obligas a caminar sin ganas, a saltar por la ventana cuando sale el sol, a mirar las nubes con física lógica, a respirar contando los segundos, a llorar a escondidas, a gritarle a la almohada antes de dormir.

La mayor parte del tiempo el mundo no tiene sentido, por mucho que trate de encontrárselo.

Ayer pensé en llamarte, y doy gracias por no haberlo hecho, sólo de pensarlo me han sangrado todas las heridas que llevan tu nombre.

3 comentarios en “Ayer pensé en llamarte.

  1. Y se empeñan en decirte que todo pasará, que el tiempo hace el olvido y lo cura todo pero sabes que no es verdad, que ya nunca será igual porque se llevó parte de ti, te arrancó parte del alma y ya no sabes sonreír como entonces, porque le puso una fina película gris al mundo que hace que todo pierda sentido, porque se llevó la inocencia y la confianza y eso no se recupera. Duele leerte sangrar, en cada herida que todos nos hemos hecho.

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