No sabría qué decir si te encontrara de nuevo por las mismas calles, con la mirada perdida y el pelo despeinado por las risas de otra gente.
Es tan extraño todo esto.
Tú.
Yo.
El olvido.
Y lo de seguir respirando sin saber cómo sigue la vida, ni de qué va el futuro.
Estamos tan perdidos.
Nos hemos convertido en muertos que vagan por los días sin saber a dónde tienen que llegar, sin saber decidir destino, ni lugar, ni persona.
No podemos creer lo que nos ha pasado.
No podemos entender dónde tenemos metidos los pies, ni cómo hemos llegado hasta aquí.
Tampoco sabría decirte por qué nos elegimos en algún momento, y tampoco por qué decidimos rompernos hasta convertirnos en partículas microscópicas en algún otro.
La Vía Láctea está iluminando algunas noches este camino lleno de espinas y piedras con las que tropezar.
Y no tenemos ni idea de qué hacemos chocándonos los unos contra los otros en este mar tan extraño.
Se me está deshaciendo la vida entre los dedos, escapándose como si fuera la arena de la playa entre las manos de un niño que juega con sus abuelos en la orilla.
Se me está difuminando el tiempo, y los segundos se acumulan sin cesar al otro lado del abismo.
Me está rodeando esta insólita sensación de extrañeza ante lo que tiene que llegar.
Y tú estás ya demasiado lejos.
Y yo demasiado cansado como para que nada me importe de verdad.
Es una puta mierda cuando las cosas te dejan de importar.
Siempre es un placer leerte
Siempre es un placer que me leas. Gracias!
Reblogueó esto en Mentraty comentado:
Siempre nos recordará el mar, cada vez que nos perdemos