Cuatro horas de sueño.
Tres cafés.
Una pizza.
Dos capítulos de una serie.
Una hora y media en el gimnasio.
Ciento dieciocho mensajes de Whatsapp.
Seis minutos cuarenta y dos segundos de Eyes Shut de Ólafur Arnalds.
Diez temas estudiados.
Veinte retuits.
Una foto en Instagram.
Compartir un par de noticias políticas en Facebook.
Una ducha.
Afeitarse.
Un par de personas que se preocupan por ti.
La estufa y una manta como única compañía.
Miles de pensamientos.
Un nudo en la garganta.
Decenas de lágrimas en los ojos.
Diez pañuelos arrugados y llenos de mocos.
Botella y media de agua.
Treinta y dos minutos escribiendo.
Ningún abrazo.
Cero besos.
Los días pueden reducirse a números.
Pura matemática.