Himnos de guerra.

Me mantenías cuerdo y ahora hablo solo.

Alzo la voz en una casa vacía con la esperanza de que alguien responda desde la cama o el salón.

No se escuchan ya los himnos de guerra que nos gustaban, no resuena la música que bailabas y tarareabas a medias, porque siempre había algo de vergüenza tras tu piel.

Y nunca conseguí que se fuera del todo.

Nunca conseguí tampoco que desapareciera por completo el miedo de tus huesos, a pesar de que fui sin armas desde el primer momento, a pesar de que dejé que lo comprobaras un día tras otro hasta el último instante.

Me vacié, vomité mis verdades después de cada trago.

Lloramos juntos por motivos diferentes.

Nos abrazamos muchas veces con el nudo en la garganta, y nos dimos algunos besos que hicieron más daño que los silencios que vinieron después.

Nos despedimos tanto para luego volver a abrazarnos como si nos hubiéramos encontrado después de creer habernos perdido para siempre.

Dicen que el mundo se derrite pero aquí no deja nunca de hacer frío, y hasta dudo de estar vivo.

Asiento en silencio a las conversaciones, miro al rostro y sonrío en las pausas para parecer centrado y atento. Todos tenemos nuestros trucos.

No puedo pensar en nada.

Sólo dejo que los ecos del piano del vecino me resuenen por dentro y se mezclen con algunas frases tuyas que me anemizan poco a poco.

Me consumo pensando tanto, sin ser capaz de salir, de ver un poco de luz, de ser consciente de que hay un camino que se abre y que estará esperándome. Me he quedado en el laberinto, con miedo del Fauno, y sin saber volver.

Supongo que para otros no es tan difícil, que duele un tiempo, que se olvida y se continúa.

Sin embargo, yo tengo el ancla amarrada a los pies y miro la superficie sin poder respirar.

Si pudiera volver atrás, si pudiera de verdad cambiar las cosas, creo que no lo haría.

No lo cambiaría porque este dolor, esta tristeza firme, esta esperanza perdida, significa que todo ha sido verdad, que en algún momento de la existencia de este mundo inútil tú y yo fuimos.

Y existimos juntos.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s