Nunca sabes cuándo van a llegar las balas y el fuego. Nunca sabes cuándo van a llegar las guerras y los terremotos. Nunca sabes cuándo van a llegar los ciclones y las grietas en las paredes. Nunca sabes cuándo van a llegar las despedidas y los féretros. Nunca sabes cuándo va a llegar el dolor y los errores.
Y es por eso que abrazarnos es siempre la mejor opción, y mirarnos a los ojos, y luchar con ganas.
Nunca sabes cuándo va a llegar el otoño, ni las miradas grises, ni los obstáculos, ni las calles encharcadas.
Nunca sabes cuándo van a llegar las sonrisas, pero si las quieres ya, ven conmigo.
[Texto escrito originalmente para la web Microcuento. es – Nunca sabes. ]