Las cosas nunca vienen como las esperamos, como el odio, que aparece de la nada para apoderarse de todo, para llenarlo todo de rabia, indignación y dolor. Nos empeñamos en clasificarnos, en unirnos por grupos con alguna característica especial que nos defina, nos empeñamos en poner etiquetas a todas y cada una de las cosas que hacemos en lugar de sentir que venimos del mismo lugar de mierda y que acabaremos allí de nuevo, tarde o temprano.
Si no somos más que átomos que se dispersan y se agregan según avanza el tiempo, si no somos mucho más que carbono e hidrógeno bien distribuidos espacialmente.
Todavía somos capaces de matarnos, de envidiarnos, de criticarnos. Y nos llamamos seres superiores, aún tenemos la prepotencia de creernos la única vida inteligente que existe en el Universo que habitamos. Sigo pensando que involucionamos, que dentro de poco volveremos a habitar el agua y nos volverán las branquias, y que todo serán ganas de dejarnos llevar por las corrientes marinas sin más.
No entiendo la elección de una persona por hacer daño, lo de provocar dolor a los demás de manera voluntaria. Si soy sincero ya no entiendo nada, y reconozco que he sido tan ignorante en algún momento como para pensar que lo sabía todo.
Ahora voy a aferrarme a la humildad que me han dado las lecciones de la vida, a las hostias, a los arañazos que unas cosas y otras personas me han ido dejando en la piel.
Y llegas tú en pleno Marzo a congelarme el caos con tanto hielo, a llenarme de mordiscos el alma, a romperme despacito para que me de cuenta poco a poco.
Las calles lloran de nuevo y tú has hecho que se me pare el corazón cuando pensaba que empezaba de una jodida vez la primavera. He caído en la cuenta de que no tengo armas suficientes para salir indemne de este fuego cruzado, y que salí a batallar contigo demasiado descubierto. Y me ha pasado lo que pasa cuando sales a querer sin miedo, que lo haces sin chaleco antibalas y acabas tendido en el suelo rodeado de un reguero de sangre.
Me ha pasado lo que les pasa a todos los valientes, que al final tienen que encerrarse con llave porque el amor es peligroso si para ti es algo más que un juego.