Otra bomba, otra mentira, otro ataque, otra injusticia.
Vivimos en un mundo en el que todavía hay desgraciados que matan mujeres por ser mujeres. Un mundo en el que la religión sigue imponiendo sus reglas y todavía manda el miedo. Un mundo en el que cavernícolas sacan autobuses naranjas intentando adoctrinar. Un mundo en el que seguimos de brazos cruzados, esperando a que alguien haga algo, señalando con el dedo, escuchando en silencio.
Joder, qué pena.
Somos la generación que espera que cambie todo sin hacer nada, que se sienta a mirar mientras critica, como si nuestros padres nos hubieran enseñado eso, como si nuestros abuelos no nos hubieran demostrado que las cosas se consiguen saliendo a la calle.
Demasiado preocupados por poner filtros en las fotografías, por saber quién ganará la Champions, por ligar por Tinder con cualquiera con tal de algo de sexo rápido, por pasar horas frente a la televisión viendo una serie tras otra. Y no nos damos asco por darnos por vencidos, por no perder nunca los nervios con nada, por no tener sangre ni rabia suficiente para plantar cara.
Vamos a hundirnos con el barco en lugar de intentar nadar pero lo haremos mientras nos drogamos, nos emborrachamos, perdemos el sentido.
El infantilismo nos gobierna, y ya nadie quiere ser adulto con todas sus consecuencias.
Buscamos tener dinero en el bolsillo sin trabajar.
Mentimos casi cada vez que respiramos con tal de conseguir lo que queremos.
Vivimos de la inmediatez sin reflexión, sin ver más allá.
Han logrado que seamos necios que no saben vivir sin hacer lo que les dicen los demás. Necios que se han quedado sin voz, que han desistido, que se conforman.
Y entre todo este magma de cosas sin sentido aparece ella.
Ella, que no necesita armas en las manos para plantar cara.
Ella, que no cree en dioses si no en todo aquel que pisa el suelo.
Ella, que alza el puño por todas sus compañeras.
Ella, que no entiende de dejar de caminar ni de tirar la toalla.
Ella, que no busca titulares, ni títulos.
Ella, que va a acabar por salvarnos a todos.
Ella, mujer, esperanza.
Y la tenemos que cuidar.
Reivindicaciones bastante acertadas 🙂
Muchas gracias!