Un libro abierto sobre la mesita de noche, la luz encendida y mis pies descalzos paseando sobre el suelo helado. He abierto la ventana sólo para sentir que el viento frío es capaz de hacerme sentir vivo, casi de la misma forma que lo siento cuando estoy contigo. He abierto la ventana para sentir que se me congelan las ideas y se callan todas esas voces ruidosas que hay en mi cabeza. Otra noche que soy incapaz de cerrar los ojos y descansar, otra noche que te has encargado de quitarme el sueño desde la distancia que nos separa la mayor parte del tiempo. Las ojeras no se van, han decidido quedarse conmigo, formar parte de mí de manera permanente.
Supongo que no estoy hecho para la vida moderna. Supongo que debería haber nacido un par de siglos atrás, donde haber encerrarse en bibliotecas entre grandes volúmenes que acumulan polvo y saber quién es Palestrina fuera algo normal.
Y esta tristeza me hace arrastrar los pies por el mundo como si nada fuera suficiente, porque nada me lo parece. Esta tristeza hace que sea incapaz de cambiar la dirección de las comisuras de mis labios.
Me parece tan egoísta eso de querer a alguien a ratos, de hacer que sucumba a tus necesidades sin pensar en las repercusiones de tus actos. Me parece tan egoísta eso de hacer sentir a alguien para después alejarte, de abrazar, besar y desnudar para después hacer que la distancia parezca insalvable.
Me parece tan jodido eso de tener a alguien constantemente en tus pensamientos, ser incapaz de controlarlo, que te de un vuelco el corazón a la primera de cambio, tener que sonreír como un idiota.
Nos castigamos a nosotros mismos con tanto amor no correspondido.
Nos complicamos la vida con besos furtivos.
Nos jodemos el mañana por no poder mirarnos a la cara sin que nos entren el pánico escénico y las ganas de huir.
Muchas voces me dicen que olvide, que busque, que encuentre algo mejor. La verdad es que no quiero. La realidad es que no puedo porque estoy convencido desde hace mucho tiempo que lo mejor debes ser tú.
Sólo puedo pensar en un futuro contigo.
Que no haya final.