Me despierto y no estás tú.
Es lo normal.
Es la costumbre.
El día que me despierte con alguien a mi lado de forma habitual no sabré qué hacer. Supongo que por eso siempre callo, y no molesto.
Y me voy sin decir nada.
Apenas me percato ya del aroma del café recién hecho por las mañanas mientras observo la taza entre mis manos con ojos de dormido. Apenas me doy cuenta de que el sol se cuela con menos fuerza por la ventana que hace unas semanas. Algo tan básico, y que ahora ya no me hace ni pensar en los cambios de estación.
A estas alturas de la vida me parece tan difícil darse cuenta de que alguien a quien quieres te hace daño, es tan complicado ver que sin querer te va abriendo en canal. Es tan fácil estar ciego y asumir lo malo como lo normal. Quedarse con las migajas, las sobras, el resto, lo que la otra persona se atreve a darte un par de veces al mes. Y aún tienes que sentirte afortunado por tener un poco de miel en los labios.
También duele ver que solamente eres un objeto de la colección, un libro que dejar en la estantería después de leer para no tocarlo nunca más. Te han usado, y ya han tenido suficiente, y ya sólo puedes hacer como que no ha pasado nada.
La verdad es que darse cuenta de todo eso es una auténtica putada.
Preferiría seguir viviendo la mentira idílica donde todo es posible, donde hay un futuro imperfecto, donde puedo sonreír cada día y tú vas a verlo, y nos va a dar igual ser dos pájaros sin nido.
Preferiría seguir en esa falsa felicidad del que se engaña creyendo que nos cogeremos de la mano por el mundo aún sabiendo la verdad.
Preferiría seguir con las ganas de correr hacia a ti y de querer abrazarte en cada eternidad que me tuviera que cruzar.
Preferiría seguir pensando que las noches se nos van a hacer cada vez más cortas y los días van a sabernos a poco hasta cuando estuvieran llenos de rutina.
Preferiría seguir matando monstruos y aullando por ti.
Preferiría seguir sin miedo pensando que sí.
Preferiría seguir como hasta ahora, con la venda en los ojos, con ilusión en las manos, contigo en los labios.