Llega el verano, las tardes en terrazas, las cervezas frías que resbalan por las manos entre amigos, las sonrisas y el sonido de las chicharras en medio de la noche. Llega el verano y se supone que tenemos que ser felices, que debe ser una buena época, que hay que llenar los días de planes, que cada minuto debe ser vivido con intensidad.
Llega el verano y yo miro hacia atrás, hacia esos días en los que hay que caminar protegido del frío con abrigo y bufanda. Días en los que estar a refugio significa quedarse en casa y mirar por la ventana. Llega el verano y yo echo de menos el invierno, las tardes de Diciembre y ducharme con agua tibia.
Llega el verano y pienso en todos estos meses, en esta angustia clavada en medio del pecho, en las lágrimas que han llenado vasos enteros. Llega el verano y yo quiero perderme de nuevo en el frío, volver a la cueva y taparme contigo.
Llega el verano, y qué quieres que te diga, yo sólo quiero que se vaya.